Vale, vale, lo confieso, no lo vi: es una imagen alegórica.

Siendo esa la realidad y siendo difícilmente enmendable, el quid estaría en cómo usar a nuestro favor el haber introducido esos símbolos dentro de la cultura hegemónica y usarlos como banderín de enganche.
Ante la camiseta del Che en el Pull & Bear se pueden tomar tres opciones:
1- La actitud de "ya me buscaré otra estética que me diferencie como un antisistema”.
2- La de "me la suda que me imiten porque a esta prenda llegué yo prime y sé lo que significa, así que paso y les escupo: ¡puagh!".
2- La de “hey, guapa la camiseta, ¿también eres comunista?”.
La primera opción ("ya me buscaré otra cosa") y la segunda ("me la suda") son en cierto modo formas de tolerar que el discurso dominante se apropie de los símbolos contestatarios. En cambio la tercera (intentar crear cierta conciencia a través de esa excusa) parece un poco más práctica. A parte de indignarnos por lo realmente existente, tenemos que buscar permanentemente medios que nos permitan llegar a más y más peña...y ante ese objetivo cualquier kefia es buena, ¿no crees?