La hora de los mameyes

Hace menos de una semana conseguí el libro “Cuba: la hora de los mameyes” gracias a la desinteresada aportación de trabajo y capital de mi generosa madre (no sólo pagó los 17 € que costaba, sino que me lo compró ella misma de la que iba a hacer un recado).

Está escrito por el que fuera corresponsal en Cuba de RTVE, José Manuel Martín Medem, una persona que, sin conocer yo demasiado de su vida y obra, podría calificar (sin ánimo de ser muy exhaustivo en la descripción) como “un tío rojo”.

“La hora de los mameyes” es una expresión cubana que significa “la hora de la verdad” o “el momento crítico”. La expresión nació hace un par de siglos y medio cuando los ingleses desembarcaron en Cuba llevando un uniforme con chaqueta roja y pantalón negro, que son los colores del mamey, fruta cubana.

Se conoce que a partir del toque de queda que marcaba el cañonazo de las nueve de la noche los ingleses se esmeraban especialmente en repartir leña a los cubanos que pillaban por la calle, y esa era conocida como “la hora de los mameyes”.

El libro es sensacional y lo devoré con el máximo interés. Martín Medem reparte críticas a diestra y siniestra, desde al periodista Pascual Serrano hasta a la disidencia interna teledirigida, pero reserva sus mayores reprobaciones para los dinosaurios del Partido Comunista Cubano.

Comparto la reflexión de Javier Ortiz que señala que “Martín Medem no es ni ambiguo ni equidistante: está con el pueblo cubano, con sus problemas y sus preocupaciones, y defiende un socialismo crítico y radical. Pero no sirve a más causas que a la de su propia reflexión y a la de sus propios sentimientos. Como debe ser”.

Tras leerlo sientes haber examinado todos los escenarios principales de la Cuba de hoy: la realidad del PCC y de las Fuerzas Armadas, la importancia de las próximas elecciones presidenciales estadounidenses y cómo éstas afectarían al bloqueo, el papel del ausente/presente Fidel, las intenciones que deja entrever Raúl, la situación de las economías domésticas y de la gran economía, el estado de la disidencia interna, los medios de comunicación…

Lo único “malo” que se puede decir del libro es que tiene fecha de caducidad cercana: más bien pronto que tarde se arrojará luz sobre las cuestiones principales que Medem plantea…así que es una lectura para ser consumida ya.

El futuro de la isla es tan incierto como apasionante…pase lo que pase espero que las dificultades se resuelvan siempre a favor del avance del pueblo cubano hacia las tres metas fundamentales de la Revolución: la autodeterminación nacional, la justicia social y el desarrollo económico. Sólo así podremos decir que “la vida es un bolero en los pianos de agua del malecón y la ternura estremece a la revuelta de la historia en unos ojos del color del mar de Cuba”.

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