Carmen Calvo, alimentando al patriarcado

Aunque pudiera tener buenas intenciones, las declaraciones de Carmen Calvo señalando que "Obama ganó por su gran perfil femenino" mientras que Hillary Clinton perdió las primarias “por su imagen varonil”, son en mi opinión un flaco favor a la causa feminista.

Las declaraciones de Carmen Calvo no pueden considerarse una buena acción enmarcada en la lucha por reivindicar como positivos los valores que el patriarcado arrincona por considerarlos propios de la mujer. No: lo que ha hecho la ex ministra es volver a incidir en la existencia de “valores de género” o “actitudes de género”, algo tremendamente reaccionario.

Carmen Calvo ha caído en el tópico patriarcal: lo femenino es propiamente así, y lo varonil es propiamente asá. Esto es un gran error, puesto que una vez asumido que lo femenino tiene unos “perfiles” que le son intrínsicos, y lo masculino tiene otros perfiles propios y distintos, podríamos concluir que las desigualdades tienen causa en esos “perfiles”, y no que los “perfiles” son la consecuencia de esa desigualdad social.

Que el “perfil femenino” sea, por ejemplo, “sensible y persuasivo”, mientras que el “perfil masculino” sea, por ejemplo, “decidido y duro”, es debido a que el sistema desigual realmente existente así lo ha configurado durante mucho mucho mucho tiempo.

Hacer propio el discurso de los “valores de género” e intentar invertirlos (ahora los buenos pasarían a ser los femeninos y los degradados socialmente serían los masculinos) es una actitud muy reaccionaria en tanto en cuanto asume una línea que no pretende superar los clichés, sino enfrentarlos.

El feminismo incoherente sostendría “estos son los valores masculinos, estos los propiamente femeninos, y ambos son igual de buenos (o mejores los femeninos)”. Frente a eso, el feminismo coherente diría “hay que redimir socialmente los valores que el patriarcado ha configurado como femeninos, porque son buenos valores, y no son de ninguna manera propios de un género…y todo con la mirada puesta en un futuro donde la igualdad sea tan plena que nadie pueda identificar unos valores o un perfil con un género determinado”.