Bolonia: qué salsa tan rica, qué ciudad tan bonita, y qué Plan tan malo

Hace unos días me invitaron a que hiciera de ponente en una conferencia sobre el Plan Bolonia. Sería una charla donde en teoría habría ponentes a favor, escépticos y otros en contra. Al final la conferencia se convirtió casi en encerrona, porque era el único opositor frontal a Bolonia de toda la sala, público incluido (debido a que los asistentes al acto eran básicamente de la línea ideológica de los organizadores del evento).

Aún así creo que defendí decentemente la postura que la mayoría de la izquierda radical tiene en este tema.

Reciclo el guión de mi intervención y lo convierto en entra del blog, por si os fuera de alguna utilidad. Apenas hay contenidos propios aportados por mí, la mayoría se lo debo a los dossiers que se pueden encontrar en la web “noabolonia.org” y a la serie de entradas que el compañero Borja Llorente ha dedicado al Plan Bolonia en su blog, y que os recomiendo que leáis.

Al grano:

Decía Javier Ortiz que el hecho de que antes el Ministerio de Defensa se llamase Ministerio de la Guerra no lo hacía mejor...pero sí más sincero.

En eso de la sinceridad yo creo que se va avanzando. Ahora las competencias de gestión de la Universidad ya no dependen del Ministerio de Educación…sino del de Ciencia, Innovación y Tecnología, liderado por Cristina Garmendia, que proviene de la junta directiva de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).

Me temo que ésta es toda una declaración de intenciones de por dónde transitarán los destinos de la nueva Universidad.

Cuando alguna organización que se opuso en su día a la directiva bolkestein nos pregunta a los comunistas por qué nos oponemos al Proceso de Bolonia, les podríamos decir que escriban en un papel las razones por las que se oponían a la bolkestein, y luego que le cambien el título a la hoja y la titulen “razones para oponerse a Bolonia”. Y es que el Plan Bolonia no es más que la “trasposición” de la directiva bolkestein a la Universidad…porque desde la perspectiva neoliberal ésta no deja de ser un servicio más.

La ofensiva neoliberal es un poliedro, y sus caras son el Plan Bolonia, la directiva bolkestein, el “modelo Alzira” de gestión de la Sanidad (el Hospital de Alzira en Valencia, fue el primer experimento de gestión privada de un hospital público, modelo que no para de extenderse en nuestro país).

En España, el primer efecto del Plan Bolonia fue el encargo hecho por la Conferencia de Rectores a Josep María Bricall del “Informe Universidad 2000” (que posteriormente sería más conocido como el “Informe Bricall”). El coste del informe fue íntegramente pagado por empresas privadas. Ya saben que la empresa privada “donde paga, caga”.

A pesar de que nadie ni siquiera se molestaría en leerse un “Informe sobre el estado de los albergues municipales” hecha por la Cadena Hotelera Meliá, en la Universidad todo vale, y el Informe Bricall fue asumido como propio por las Universidades españolas.

En el Informe se emplea un lenguaje farragoso tratando de convertir a este documento de 486 páginas en un texto difícil de digerir para los estudiantes.

El “Informe Universidad 2000” llega a la conclusión de que los resultados que revierten en la sociedad son ínfimos para el dinero que se invierte. El problema estriba en que para el informe la sociedad equivale a las grandes empresas, con lo cual, lo que el informe plantea es que la Universidad actual no produce los resultados que los grandes empresarios demandan.

Son éstos los que deben marcar las necesidades que la Universidad debe cubrir. Para ello se deberá establecer un nuevo esquema de relaciones entre las empresas, la Administración Pública y los centros de investigación y formación superior, de forma que la investigación universitaria siga las directrices marcadas por el mundo empresarial, proponiendo incluso que las empresas se instalen en los propios campus y que éstas puedan explotar las oportunidades tecnológicas que ofrecen los equipamientos universitarios. De este modo, se deberán (y cito textualmente) valorar más los resultados económicos que la formación teórica en la investigación superior.

Juan Vázquez, el que era rector de la Universidad de Oviedo y presidente de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas señaló en EL PAÍS que “hoy estamos viviendo el problema de la ‘sobrepreparación’ sin salidas”. El Informe Bricall planteaba lo mismo que luego defendería Juan Vázquez:

Traducido al “cristiano” el discurso de la “sobrepreparación” quiere decir que estamos en una situación inflaccionaria –de títulos- y que es urgente una política restrictiva: hay que frenar la velocidad a la que giran las máquinas de hacer billetes, intervenir el mercado financiero, encarecer el dinero, esto es, los títulos. O bien, por ejemplo, proceder a una devaluación oficial, incluso al desenchufe de los títulos como credenciales para la ocupación de puestos en el sistema productivo.

El Informe plantea subir los precios para cortar el acceso a un sector de población que ahora puede estudiar.

A falta de controlar el caos del sistema productivo, hay que adaptarse a él mercantilizando y elitizando la educación superior.

El artículo 4.4.6 del Plan Estratégico 2005-2010 de la Universidad de Oviedo establece la “imputación progresiva de costes reales a usuarios finales”.

La Conferencia de Rectores plantea un aumento de las becas, lo que no tiene porque suponer un aumento del gasto público si se reduce lo suficiente el número de alumnos, pero además introducen la figura de las becas-préstamos para el segundo ciclo donde el 75 % de las becas pasarían a ser préstamos que deberían ser devueltos por el estudiante cuando trabaje, con un interés prácticamente nulo durante los años de estudio y superiores una vez terminados estos.

Pero además se fijan criterios de viabilidad para estos préstamos, de forma que primarán las ayudas a los alumnos que tengan más posibilidades de devolverlas, con lo que volvemos a privilegiar a los alumnos que se supone que tienen un mejor futuro laboral, ya que estos tendrán más posibilidades de cumplir sus compromisos.

Éste modelo de educación superior claramente usamericano nos lleva a un modelo de universidad dual, como ya sucede en Estados Unidos:

-Por un lado una concesiva universidad de masas, que le rinde tributo a la justicia, discutiendo sobre la calidad de la enseñanza, dispensando diplomas desvalorizados, y sostenida como un servicio público.

- Por el otro, una exigente universidad de minorías que se reserva una clientela de calidad social garantizada; otorgando títulos de alta cotización; conectada a la producción y tendiendo puentes a la empresa privada.

Y es que para poder convertir al mundo de la enseñanza superior en un mercado en toda regla se necesitan dos presupuestos que Bolonia otorga:

• Las universidades deben gozar de autonomía académica, organizativa y financiera para poder ofrecer distintos productos a distintos niveles de calidad y precio de modo que los clientes puedan elegir. Los productos –las titulaciones- deben homologarse de acuerdo a unos mínimos para que los proveedores puedan ofrecer productos estandarizados.

• Es necesario establecer un marco que regule el mercado (Espacio Europeo de Educación Superior), estableciendo los límites y alcance del mercado (distrito abierto) y que permita que los clientes puedan elegir entre las distintas ofertas.

Una vez entre en funcionamiento el nuevo sistema de gestión universitaria será la demanda de los clientes la que determine qué universidades y qué titulaciones deben recibir más dinero público y cuáles menos. Como quién paga manda, las empresas que ejerzan mecenazgos en las distintas universidades podrán incidir en la configuración de las titulaciones y en la docencia.

El artículo 1.3.1 .D del Plan Estratégico 2005-2010 de la Universidad de Oviedo plantea “acuerdos de colaboración con instituciones, organismos públicos y privados, empresas o industrias para el desarrollo de master, incorporando profesionales en la docencia”.

Por cierto, hablando del terrorífico Informe Bricall y de los mecenazgos de las empresas privadas:

LA VOZ DE ASTURIAS (8/4/2005) “Para celebrar su décimo aniversario, la Conferencia de Rectores de Universidades Españoles entregará, además, las dos primeras medallas de honor de su historia al profesor Josep María Bricall, director del informe Universidad 2000, y al presidente del BSCH, Emilio Botín, por su "mecenazgo ejemplar".

Como decía al principio, en el tema de la sinceridad van mejorando…¿no da miedo?

En lo relativo a los planes de estudios, el Plan Bolonia establece el Master y el Doctorado como formación especializada (Posgrado). La experiencia de todos los países de Europa en los que ya se han aplicado estas reformas nos demuestra que estas titulaciones tienen precios prohibitivos que sólo unos pocos podrán pagar (máxime cuando las becas sean préstamos y los estudios una arriesgada inversión).

Sabemos que no seremos una excepción a la norma europea gracias a la experiencias piloto en la Autónoma de Barcelona y en la Pablo Olavide.

Si que decir tiene que sólo existirán los Grados y los Posgrados que le interesen al mercado laboral, ya que se subordina su financiación a la obtención previa de fuentes de financiación privadas (en vez de financiarse públicamente precisamente por no tener fuentes de financiación privadas).

Se ha renunciado oficialmente a ese sueño romántico de cambiar la sociedad desde la educación…ahora lo que toca es cambiar la educación desde el mercado.

En definitiva, el Espacio Europeo de Educación Superior no pretende un cambio educativo para mejorar la calidad de la enseñanza, sino poner ésta al servicio de las empresas, ajustando a lo que ellas entienden por “calidad” educativa. Será una sociedad del desconocimiento, eso sí, con unos universitarios muy productivos y dóciles, que se adapten con mayor facilidad a la precariedad que les espera.

6 comentarios:

Miguel Umlauff dijo...

Bravo, Excelente defensa. Argumentada y sin maximalismos propiso de otros sectores del movimiento.

Javi dijo...

Al ver lo poco receptivo del público para con los argumentos antibolonia casi me da un ataque zorrocotroco, tuve que contenerme de gritar un "Stop Bolonia o merte, veceremos" XD

felix dijo...

¡Estas hecho todo un crack Kaneda!

Saludos.

Borja dijo...

Gracias por la mención en tu artículo. A mi también me tocó participar en unas jornadas de debate donde todos los ponentes eran partidarios de Bolonia. Entre otros estaba Michavila y otros peces gordos de la Aneca, etc. Pero está guay enfrentarse a ellos, por que sus argumentos son bastante endebles y quedan fácilmente en evidencia.
Habría que ir mirando el asunto Bolonia en Asturias de cara a la primavera.

Mário Pinto dijo...

Boloña NO!

rafa hortaleza dijo...

excelente compañero. Es usted un crack.