La perversa lógica capitalista, resumida en la sentencia que da nombre a ésta entrada, vuelve al primer plano mundial de la mano del Gobierno de EEUU: la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro salvarán de la insolvencia a las firmas hipotecarias estadounidenses Fannie Mae y Freddie Mac, aportando fondos y créditos de las arcas públicas.
Que el adjetivo de “semiestatales” que ponen a éstas dos entidades en las noticias no lleve a engaño: ambas empresas están en manos privadas, y su relación con el sector público se limita a estar respaldadas por la Reserva y el Departamento del Tesoro para darles “seguridad financiera”. La “seguridad financiera” significa que el Estado concede préstamos de interés especialmente bajo y que, en casos de quiebra como el que están viviendo actualmente, todos los ciudadanos americanos pagarán con sus impuestos el mantenimiento de las mismas entidades que les desangran con los créditos hipotecarios de interés desorbitado.
En una conferencia a la que acudí, el genial Fernando Urruticoechea dijo algo maravilloso: “no esperéis a que explote la burbuja inmobiliaria...¡pinchadla!”.
Siguiendo las indicaciones de un grande como Urruticoechea, desde éste laico ambón digo: Proletarios del mundo, organizaos para dejar de pagar a la vez las hipotecas, pues cuando uno sólo no puede pagarla hay una familia con problemas; pero cuando diez millones de personas dejan de pagarla, el que tiene un problema es Botín.
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