Terroristas suicidas y religión en Battlestar Galactica

Desde hace algunos años estamos viviendo lo que a mi modo de ver es (por la cantidad, la calidad y la diversidad de lo producido) la época dorada de las series televisivas. Deadwood, Los Soprano, Roma, Perdidos, A dos Metros Bajo Tierra, Scrubs…series tan buenas que han convertido en “serieadictos” a personas que nunca se hubieran planteado engancharse a la vez a varias de estas joyas dosificadas.

Una de esas grandes series que nos viene desde Estados Unidos y que pasan por nuestro país sin pena ni gloria es “Battlestar Galactica”, moderno remake de la serie homónima del año 78 que está en antena en EEUU desde el 2003.

En Battlestar Galactica los humanos viven en unos planetas llamados "Las doce colonias de Kobol". La humanidad está en paz tras haber firmado un armisticio contra los Cylon (una raza de robots que los humanos crearon y que, como es ya un clásico de la ciencia-ficción, se rebelaron contra sus creados). Los Cylon viven en su planeta al que se fueron tras la guerra y no se sabe nada de ellos. Cada cual por su lado y todos felices.

Pero un día, de forma totalmente inesperada, los Cylon lanzan un ataque nuclear coordinado contra todas las colonias y acaban con la práctica totalidad de la raza humana. Sólo sobrevive una nave de combate, la Galáctica, gracias a que estaba obsoleta y apunto de ser convertida en un museo. Era tan antigua que no estaba conectada a la red de defensa, lo que le permitió librarse del “ataque-virus” Cylon que infectó al resto de naves. Junto a la Galáctica logran escapar del ataque nuclear unos cuantos miles de humanos que en el momento de la devastación tuvieron la fortuna de estar en vuelo por el espacio.

Todos los supervivientes forman un convoy y tratan de sobrevivir a los ataques de los Cylon mientras escapan. Su destino en este éxodo es un plantea cuya ubicación exacta desconocen, un lugar legendario para los habitantes de las doce colonias donde se dice que habita la decimotercera colonia humana: la Tierra.

Los humanos son politeístas pero su uso de la religión es casi simbólico. Los Cylon, en cambio, son monoteístas y dan una gran importancia al hecho religioso. Los humanos serían en éste punto la representación de la civilización occidental, mientras que los Cylon serían los integristas del mundo islámico. Esto en principio, porque una de las gracias de la serie es que juega recurrentemente con el tema de los valores y la religión y son frecuentes los giros que buscan dejar al espectador descolocado.

En un momento de la serie, los humanos, en su huida, encuentran un planeta donde poder instalarse y dejar así de errar por el espacio. La mayoría de los humanos decide colonizar el planeta y rezar para que los Cylon no los encuentren. Pero los Cylon son la hostia de listos y dan con ellos: así que descienden al nuevo planeta y, en vez de matar a todos los colonos (sería demasiado aburrido), deciden recluirlos en un ghetto al estilo Varsovia.

Los humanos organizan un movimiento insurgente y empiezan a poner bombas. El objetivo principal de los insurgentes no son los Cylon, sino los humanos que según los rebeldes han traicionado a su propia raza y se han puesto del lado de los Cylon, colaborando con ellos como policía del ghetto. El espectador no puede posicionarse totalmente del lado de los insurgentes, pues se ve cómo la mayoría de los que colaboran con los Cylon no lo hacen por gusto o por recibir un mejor trato, sino para patrullar ellos mismos y así alejar a los robots de sus casas, creando un cuerpo de policía humano que evite la brutalidad Cylon.
Los Cylon en un primer momento sólo ponen a la policía humana a patrullar, pero luego los van implicando más y más y mandándoles misiones cada vez más inmorales, como detener humanos sin razones o incluso ejecutarlos.

Uno de esos giros gloriosos de la serie es cuando los humanos (los representantes de los valores occidentales), desesperados, comienzan a recurrir a hombres-bomba. El uso de terroristas suicidas se nos plantea en abstracto como algo propio del fundamentalismo y, sin embargo, las circunstancias en Battlestar Galactica hacen que sean los humanos, y no los Cylon, quienes lo empleen.

Saul Tight (que es físicamente clavadito a McCain), jefe de los insurgentes, se justifica señalando que él ya mandaba a hombres al “suicidio” cuando era Coronel de la Galactica, enviándolos a misiones de las que sabía que la mayoría no regresarían. La diferencia ahora, para Tight, era básicamente estética.

Los guionistas de Battlestar Galactica realizan su crítica poniendo a “los occidentales” donde en el mundo realmente existente difícilmente estaremos: en una situación tan complicada que, metidos en ella, el ponerse unos explosivos al pecho y hacerse explotar sea visto como una buena solución y aceptada socialmente sin que el credo religioso tenga un papel determinante. Battlestar Galactica deja clara su postura: no es la religión lo que te hace un terrorista suicida.

¿Tú que crees? ¿es posible la existencia de kamikazes o hombres bomba sin la promesa de que serán consagrados en templo Yasukuni o que disfrutarán de una gran vida supraterrenal? ¿te cae mal la Presidenta Laura Roslin y te gustaría que se la comiera un Cylon?

8 comentarios:

Óscar dijo...

Desconocía por completo esta serie.

¿Existe la posibilidad de verla en castellano o es de esas que hay que ver con subtítulos?

Javi dijo...

Me parece que la estan echando en algún canal de cable en castellano, "SciFi" o alguno así, que por aquí arriba lo dan por Telecable o Cana Satélite o alguna movida de estas.

Así que intuyo que estará para descargar en castellano. Yo lo estoy viendo con subtitulitos, soy de ese tipo de personas que los subtítulos le prestan XD

Salud.

ReVoluCioN dijo...

kaneda, te comento para que te muerdas de la envidea: Enrique Santiago estará en la facultad de C.Políticas de Santiago en noviembre. Aún no se de que va a hablar, pero a buen seguro tendré que dar codazos para llegar hasta él, por las grupis que seguro que le siguen.

Javi dijo...

Jajajaja, sí, dicen de él que es más guapo en persona que en foto, y que mide más de dos metros y debora capitalistas.

Tendrás suerte si su escolta (300 espartanos) te deja acercarte a menos de cien metros. Se dice que las grupis se le acercan para que les firme el kalasnikov.

(El Hijo Rojo: contribuyendo a que no se extinga la llama del enriquesantiaguismo since 2008)

ReVoluCioN dijo...

Joder, vives aquí; como se nota que es tu casa.

Por cierto, perdona los errores ortográficos. Escribir en Pcs ajenos es matador :(.

Javi dijo...

Estoy en la facultad, hoy hasta las diez no llego a casa. Entro en clase en media hora XD

Óscar dijo...

¡Oh! Deberé ir a Santiago a ver a Enrique. Me pintaré la cara con su nombre y forraré la carpeta con sus fotos.

Recuerdo como el mejor momento de mi vida cuando vino en las autonómicas a realizar un acto de campaña y luego comimos con él. Aún lo recuerdo y se me saltan unas lagrimillas.

Cantabria siempre será el mayor club de fans de Enrique.

Anónimo dijo...

Tengo la primera temporada en DVD las siguientes espero a comprarlas... aunque ya he vista hasta la 3º, la cuarta esperare a tenerla toda, para verla seguida.

Yo apuesto por Tom Zarek, es el mejor .