Felicitadme, ¡os lo ordeno!

Nací tal día como hoy hace veinticinco años, así que felicitadme si no queréis que los dioses Crom y Tutatis se enfurezcan.

Me hubiera gustado ser sietemesino para poder decir aquella gloriosa frase del personaje de Viggo Mortensen en esa película de culto que es “Daylight” (“Pánico en el túnel”) que era algo así como “¡ni mi madre pudo retenerme dentro!”. Pero la verdad es que no: vi la luz con nueve meses como la mayoría de los humanos, y encima me sacaron de allí de cesárea.

Curiosamente mi DNI miente acerca de mi lugar de nacimiento: por cosas de mis padres y de un registrador poco riguroso, pone que nací en la Cuenca Minera a pesar de haberlo hecho en un hospital de Oviedo. De peque me molestaba que el documento más personal e intransferible que tendré en mi vida pusiera datos falsos. Ahora me alegra: mi DNI refleja aquello de que uno no es de donde nace sino de donde pace. Y yo he pacido en un prau rodeado de chimeneas, pozos y chigres, he conocido al Nalón bajando negro por el carbón y he crecido entre los estertores de un pueblu al que prefirieron prejubilar antes que reconvertir.

Mi novia me ha regalado un montón de cosas bonitas, entre las que destaca una genial camiseta para Lostadictos que reza así: “If anything goes wrong, Desmond Hume will be my constant”.

Así que ahora me voy y os dejo ahí los comentarios para que me felicitéis. Si veo que el número de felicitaciones no es el esperado, usaré mis poderes para plegar el continuo espacio-tiempo sobre sí mismo y destruiros. Avisados quedáis.