Aunque todas las variadas manifestaciones del ecologismo son movimientos políticos, en ésta ocasión me referiré al movimiento que se autodenomina “ecologismo político”.
El referente más importante de esta escuela serían Los Verdes alemanes, que usaron en su fundación el lema “la ecología no está ni a la izquierda ni a la derecha, sino que va por delante”. También los partidarios del “ecologismo político” en Francia establecían por aquella época como consigna el “ni-ni”: ni de izquierda, ni de derecha.
Aunque tradicionalmente éstos partidos han priorizado las alianzas con fuerzas de la izquierda, ha tenido excepciones sonadísimas como el pacto con los democristianos de la CDU en Hamburgo, fórmula de gobierno que no se descarta trasladar al nivel federal tras las elecciones de 2009.
Por mi experiencia personal he constatado que la apelación al “ecologismo político” se usa como fórmula para presentar una determinada forma de hacer política que no sea vista como agresiva para ninguna sensibilidad ideológica concreta. Eso se viene denominando recientemente como “transversalidad”.
En España el discurso de la “transversalidad” tiene como máximo exponente a UPyD (Unión, Progreso y Democracia), que busca el ser una fuerza a la que puedan acudir los votantes hastiados de cualquier formación política (exceptuando a los simpatizantes del nacionalismo no-españolista, que es el único campo del espectro político mayoritario que no podría encontrar refugio bajo el ala de UPyD)
La izquierda en España se adelantó a la consolidación de una fuerza del “ecologismo político” y tomó como una de sus banderas la problemática ecológica. La iniciativa fue tremendamente acertada, y buena parte de ese acierto se la debemos a pioneros en la materia como Manuel Sacristán Luzón.
Con la adhesión temprana a la lucha ecologista, la izquierda transformadora no sólo se enriquecía a sí misma tomando en consideración una nueva contradicción que hasta entonces se había dejado un lado (la contradicción capital/naturaleza), sino que cerraba la puerta a partidos que bajo el manto del “ecologismo político” pudieran finalmente defender posiciones reaccionarias en lo social desde las instituciones apelando a la “transversalidad” de sus propuestas.
Quedando planteado el escenario en el que se mueven las fuerzas autodenominadas del “ecologismo político”, mañana seguiremos hurgando y reflexionaremos sobre la posibilidad de dar respuesta a los planteamientos puros del “ecologismo político” desde un sistema socio-económico distinto al socialista.
1 comentarios:
Me parece totalmente desproporcionado comparar a B90/Grüne con el "transversalismo" que pudieran tener los partidos de extrema derecha como el español UPyD o su homólogo alemán NPD.
Y es totalmente lógico que los verdes de HH hayan pactado con la CDU-HH, puesto que los socialdemocratas hamburgueses son lo peor sobre todo si quieren defender los servicios públicos.
Es muy fácil hablar desde la ignorancia y es muy peligroso mostrar a los partidos filonazis como UPyD 'transversales' inofensivos.
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