Bolonia y la desorganización

Me gustan las organizaciones organizadas. Admitamos que aunque la organicidad debería ser un requisito imprescindible de toda organización que se precie de llamarse tal, no siempre se da ese requisito.

La organicidad suficiente cuenta con dos enemigos: uno es pasarse y el otro no llegar. El exceso se da cuando la disciplina es asfixiante e impide la sana crítica y un nivel mínimo de desobediencia tolerable. El defecto de organicidad suele venir bien por razones ideológicas previas (fobia a cualquier disciplina) o bien por la falta de interés (de quienes manejan el poder en la organización) de que desde abajo hacia arriba se articulen respuestas que pueden ser incómodas para las cúpulas.

Suele ser habitual que la oposición en la organización demande organicidad cuando no ostenta la dirección, pero que se olvide del tema una vez está en la cumbre…porque una organización organizada es incómoda de manejar, dado que para actuar se requiere un proceso de construcción colectiva previa que le arrebata poder al que lleva el timón.

Con el tema del Plan Bolonia estamos viendo las consecuencias de una mala organicidad dentro de IU. Mientras que por abajo se logró un consenso amplio contra el EEES y articular una línea de oposición muy homogénea, por arriba se reaccionaba mal o directamente no se actuaba.

Meses después de que el rechazo frontal a Bolonia fuera brutalmente amplio entre los sectores jóvenes de la izquierda radical, aún tenemos que sufrir las consecuencias de que no haya herramientas para lograr trasladar ese movimiento hacia arriba: periódicamente tenemos que enfrentarnos a manifestaciones de personas visibles en IU que demandan más medios para implementar el EEES.

Nadie entendería que mientras los militantes de IU piden gestión pública de los servicios públicos como el agua o la Sanidad, haya quienes por arriba adoptan resoluciones demandando más medios para la gestión mixta. Pues eso es lo que por desgracia está sucediendo en IU: ante la falta de organicidad, reina el desmadre.

Mientras miles de jóvenes logran articular el mayor movimiento a favor de una Educación Pública en este país desde hace mucho tiempo (y buena parte de los cuales militan en IU o están en su entorno), por arriba en la organización se boicotea su motín: la mayor de las veces con la pasividad, en ocasiones directamente con actividades contrarias a la rebelión antibolonia.

Si se rasca la superficie se descubre el gran peso que tienen en Izquierda Unida sectores docentes que tienen intereses grupales en la implantación del Plan Bolonia. IU siempre ha sido una organización muy vinculada al profesorado “progresista”, y la influencia de estos (muchísimos de los cuales están con respecto al EEES en la trinchera reaccionaria) se está dejando notar (para mal).

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3 comentarios:

Rhasputyn dijo...

Plas, Plas, Plas!

Nunca mejor dicho camarada!!

Posme dijo...

Casi mejor que te hagas tú la limonada... que va a llegar un poco chunga si te la mando desde aquí (un día chiste...)

en mi facultad hicimos alguna cosilla el curso pasado (bolonianosacecha.blogspot.com) aunq... no estamos sindo capaces de movilizar éste...

alber dijo...

...sana crítica y un nivel mínimo de desobediencia tolerable!!!

Supongo que el nivel de sanidad y tolerabilidad de las críticas lo debes decidir tú u otro Hijo Rojo.

Joder, menos mal que sois pocos y con pocas luces