Introducción a la Siensia, con Montserrat Nebrera

Hay cosas de los políticos que deberían darnos miedo. Por ejemplo si un político dijera algo así como “he votado contra la Ley que permite el matrimonio entre personas del mismo sexo porque me lo ha ordenado un duende verde” habría que sentir escalofríos primero y después intentar que alguien le revise qué tal le anda la chola, porque algo le falla.

Si en vez de “porque me lo ha ordenado un duende verde” fuera “porque me lo ha ordenado la ciencia“, deberíamos proceder con igual pasmo. La ciencia, al igual que los duendes verdes, no da órdenes a nadie. En el caso de los duendes verdes se debe a que éstos no existen, y en el caso de la ciencia se debe a que ésta es en sí misma avalorativa y su misión es obtener conocimiento, no instruir moralmente.

Claro está que la investigación científica debe estar sujeta a principios morales, o que la ciencia puede estar guiada por la moral hacia la obtención de cierto conocimiento que permita satisfacer determinados objetivos que se consideren prioritarios. Pero la ciencia, como los duendes verdes, no ordena a nadie ni ahorrar agua, ni no sobrecalentar el planeta, ni no derramar petróleo sobre las costas gallegas, ni ordena votar contra una Ley.

Son los humanos los que, a la luz de los conocimientos que obtienen con la ciencia (y junto a un montón de factores más –por ejemplo las creencias sociales, las costumbres o los valores que inspiren el modelo de sociedad en el que viven-), deciden si es bueno o malo acabar con el Amazonas o si es conveniente o inconveniente fomentar el transporte público.

Esto que acabo de decir creo que debería ser asumible por cualquier persona con dos dedos de frente. No lo es para Montserrat Nebrera, que intenta basar sus opciones políticas en un supuesto respeto a “las leyes que rigen cada uno de los mecanismos del cosmos”, refiriéndose con ello no a unas leyes morales intangibles que regirían el Universo y que cabrearían a Dios cuando uno no las cumple o algo por el estilo, ¡sino a las leyes físicas! Veamos su estupefaciente intervención en una conferencia (la cual podéis ver aquí):

No existe el derecho a forzar la naturaleza humana, (…) de hecho la ciencia va avanzando en una idea que acabará por consumar: la naturaleza sub-atómica y la supra-atómica en realidad se rigen por las mismas leyes (…) la mayor parte de los físicos ya empiezan a hablar de que en la última infinitesimal partícula de cada uno de nosotros está Dios, ¡eso es la naturaleza humana! Las mismas leyes rigen cada uno de los mecanismos del cosmos, e ir contra esas leyes naturales es no solamente una aberración sino que jamás puede constituir un derecho (…)

Haced el esfuerzo de apartar a un lado tonterías manifiestas como esa de que, según Nebrera, la mayor parte de los físicos estarían empezando a creer en algo similar a “La Fuerza” de Star Wars (sólo que en vez de midiclorianos estaría Dios). Dejando un lado la apología Jedi de Nebrera, lo que nos queda es pa’ mear y no echar gota: según Nebrera la naturaleza (lo sub-atómico y lo supra-atómico) se rige por unas leyes mecánicas que no debemos contrariar sopena de cometer una aberración.

Me interesaría saber cómo es posible ir materialmente contra una de esas “leyes mecánicas del cosmos”. Hoy me levanté pecaminoso e intenté violar la ley de la gravedad. Pero claro, no puede. ¿Sabéis porqué? Porque como la ley de la gravedad sí es una ley de la naturaleza, es inviolable. A no ser que consideremos que volar en avión es ir contra la ley de la gravedad.

Las leyes físicas no se pueden violar. Si aborto, practico la eutanasia, prendo fuego al Amazonas, ayuda a cruzar a una anciana la calle o presto sal al vecino de abajo, estaré haciendo cosas buenas o malas, pero no físicas o anti-físicas.

Lo que hacía el Doctor Moreau en la novela de H.G. Wells era horrible, pero no iba contra las leyes de la genética: se servía de ellas para hacer híbridos entre humanos y animales. Lo que violaba Moreau no eran las leyes de la genética, sino las de la ética.

Montserrat Nebrera intenta (mediante el engaño, la mentira, y la argumentación chiripitiflaútica) revestir una teología con el manto de la ciencia. Señalémosla con dedo acusador: ¡qué jeta tienes, Nebrera! (o eso o estás chalada de atar).

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9 comentarios:

Judas N. dijo...

la mayor parte de los físicos ya empiezan a hablar de que en la última infinitesimal partícula de cada uno de nosotros está Dios, ¡eso es la naturaleza humana!

Pido que la enmarquen. Si no fuera tan larga, sería para hacer camisetas. ¿De veras esta gente merece sus sueldos? Han pedido la vergüenza y los escrúpulos. ¿Lo peor? La sensación de que la inmensa mayoría de la ciudadanía traga con la situación, pues así lo refrendan con sus votos comicio tras comicio.

Hugo dijo...

Grandiosa entrada. Yo creo, Judas, que habría que hacer un velo de novia con toda la entrada, ya que para una camiseta no da.

Brillante

Óscar dijo...

Me ha gustado mucho la entrada, a pesar de ser marcadamente intelectual y por lo tanto merecedora de mis sospechas.

RGAlmazán dijo...

D. Javier, una entrada lograda. Argumentos veraces y lejos de los sofismas que parecen imperar por doquier.

Salud y República

Anónimo dijo...

¿¿y quién es esa Montserrat Nebrera que es tan importante como para salir citada en este blog??

Javi dijo...

@ Judas: la conferencia entera es digna de ver, tiene una parte bastante graciosa donde se jacta de su capacidad para hablar sin mirar a ningún papel y de haber sacado dos carreras, ya que con esas hazañas logró consumar el ideal liberal. En serio, lo dice.

@ Hugo: me hubiera gustado que me saliera una entrada más corta, pero andaba mal de tiempo cuando la escribí XD

@ Óscar: yo mismo sospecho de mi mismo...vigilo el crimental.

@ Rafa: gracies Rafa.

@ cero: es diputada en el Parlament por el PP y Catedrática de Derecho Constitucional. Presentó su candidatura en el congreso del Partido Popular de Cataluña, pero perdió frente a la lista que apoyaba Rajoy. Es algo mítica porque le dan mucha cancha en los medios y porque la expedientan con relativa frecuencia en el PP.

Red dijo...

Yo estoy mosqueadísimo, el otro día me caí hacia arriba, me di un hostión contra el techo, y para colmo vino la Nebrera a ponerme una multa por violar la ley de la gravedad.

200 euros, y cuatro puntos en el carnet de ente físico. Grrrr

A bloguear dijo...

Anda que comparar algo como los midiclorianos con la fe cristiana...vaya salida de tono.

Los midiclorianos son científicamente demostrables (en una galaxia muy lejana y hace mucho tiempo), lo de dios todavía nadie lo ha demostrado.

Javi dijo...

@ Red: jjajajajajajaj

@ Viul: la verdad es que estuve desafortunado con la comparación XD