Encuentros en la tercera fase

Acabo de llegar de la Fiesta del PCE. Estoy muy sucio, y ahora mismo huelo tan mal que mi gato me rehuye. Me diréis "siendo así, ¿porqué no te duchas, hijo mío?": pues porque además de sucio y maloliente estoy cansadísimo, el viaje Córdoba-Asturies me ha matado, y con las escasas energías que me quedan tenía que elegir entre ducharme o venir aquí a decir gilipoyadas en un blog. Y, claro, lo segundo ganó por mayoría absoluta en una votación a mano alzada producida dentro de mi cerebro hace escasos segundos.

La Fiesta me ha cundido muchísimo y me lo he pasado genial. El recinto chiquitito ha favorecido que fuera una fiesta de encontrarse todo el mundo. Aunque parezca una obviedad hay que decirlo: infinitamente mejor tener una fiesta como ésta que no tenerla como sucedió el año pasado. Que sí, que no es el fiestón que era hace no tanto tiempo, pero son momentos jodidillos y, oye, lo que se ha montado creo que ha estado bastante bien. Toda la peña que conozco se ha divertido, se ha encontrado con camaradas y compañeros, ha recargado las bolchepilas, y al final eso es lo que realmente importa. La gente estaba por allí de tan buen humor que cuando Frutos acabó su mitin se oyeron voces pidiéndole un “bis” al grito de “¡ooootro, ooootro, ooootro! ¡que lo repiiiita, que lo repiiiita!” (por desgracia el camarada Francesc no escuchó la demanda de ese insaciable sector del público, ¡una lástima!).

Llegué a la Fiesta el viernes tras haber conocido en Chamberí a mucha buena gente, entre ellos al Buque Insignia Hugo, Sira, Enchufe, Jorge... y tras haber sido tocado por el camarada Viul. Aún se me aflojan los esfínteres al recordar ese momento. ¡Qué decir! Todo lo que se contaba de él no sólo era cierto sino que se quedaba corto. No voy a detenerme aquí en sus innumerables atractivos, su carisma anguitiano o el cortejo de vestales que le seguía allá donde fuera: mejor un día vais a Madrid y, si se os es concedida una audiencia con él, lo comprobáis.

Córdoba estaba llena de míticos. Fijo que me olvido de mil de peña (¡perdón por anticipado, tenéis permiso para ponerme a caldo en los comentarios!), pero por allí andaban, entre otros, el encantador triunvirato formado por Esther, Chernov y Víctor (¡soy fans vuestro!); Sira, León, La Abuela de Viul, Juan, Álvaro, Agitador, Jorge, Enchufe, Kike...también algunos iconos quasi-legendarios del socialismo como Carlos Tena, Manu Castro o Fran el de Cartagena.

Mención especial a Rafa y a Ceronegativo que me llevaron a Córdoba en su coche, y que además allí curraron un montón grabando todo lo grabable y fotografiando todo lo fotografiable.

Y ahora, con vuestro permiso, procedo a hacer acopio de fuerzas y a dirigirme hacia la cocina a meterme a mí mismo en la lavadora. ¡A centrifugarse!