Después de un año y ocho meses desde su apertura, este blog llega a su fin. ¿La razón? Pues se debe a que ahora voy a tener un poco menos de tiempo para dedicarle a la bitácora y no quiero que ésta se convierta en una de esas páginas que se actualizan de Pascua en Ramos y que casi nadie sigue. Le debo un final digno a El Hijo Rojo, así que le voy a dar una muerte dulce ahora que estamos en la cima (¡hay unos tíos que dicen que éste es uno de los 20 blogs sobre política más referenciados del país!). De paso dejo sitio en I Love IU a alguna bitácora que está en la lista de espera, que andamos justitos de espacio en la casa.
Pero no os libraréis de este menda tan fácilmente: aunque con menos regularidad, voy a seguir escribiendo chorradas. A partir de ahora me podréis seguir periódicamente en el blog de mi amigo Rafa, es decir, en “Ceros a la Izquierda”. Allí dejaré mis gilipolladas cada semana o cada quincena, depende de cómo ande de imaginación y tiempo.
Si tenéis a El Hijo Rojo agregado al Google Reader o a algún otro lector de RSS, podéis darlo de baja, ¡y recordad dar de alta a “Ceros a la Izquierda” si es que no lo teníais entre vuestros favoritos!
El equipo de redacción (un chimpancé con chistera que me trae el café y un servidor) agradece vuestra fidelidad y vuestros aportes durante todo este tiempo.
¡Nos vemos!