¿Habéis visto “300”? Cuando salí del cine pensé que acaba de ver (a pesar de ser una superproducción de Hollywood) algo así como un alegato anti-imperialista que te lo meten de tapadillo entre hostia y hostia.
Vamos a ver: a los espartanos de la película nos los presentan como un pueblo pequeño que vive a su manera (con algunas cosas mejores y otras peores), que se niegan a ser sometidos, y que se enfrentan altivamente a un imperio poderoso y moralmente mucho más decadente que ellos. Los lidera un tío barbudo con firmes convicciones sobre el valor de la libertad y la independencia de su pueblo. Coño, releedlo: ¡son claramente cubanos! ¡El imperio persa son los yanquis, y las Termópilas es Bahía de Cochinos!
El caso es que se lo comenté a un compañero de militancia política y por poco me cruje a galletas: “¿Yes bobo? El mensaje es claramente al revés: los persas son los iraníes o cualquier cultura que consideran que amenaza la libertad de EEUU, y los espartanos es el noble pueblo norteamericano que con valor y decisión se enfrenta a esa poderosa amenaza para liberar con su ejemplo y su fuerza al mundo entero. Parece que el guión lo hizo Bush Jr”.
“Lo habré entendido mal”, asumí.
El caso es que el otro día fui a ver “Avatar”. Me habían hablado tan mal de ella que, al ir con las expectativas bajas, me moló. Sí, es básicamente “Pocahontas-Bailando con Lobos-El Último Samurai” pero con más explosiones y gente azul…no obstante está bastante entretenida y el 3-D está bien integrado en la película. No es ningún peliculón que pasará a la historia, pero se deja ver.
Resumiendo, el argumento va de que los americanos llegan a un planeta muy rico en un mineral que produce energía, y para extraerlo no dudan en masacrar a los indígenas de dicho planeta (seres de tres metros que viven en armonía con “la Pachamama” -vaya, que si viveran en la tierra votarían en masa a Evo Morales-). El hilo conductor es la historia de amor entre un soldado americano paralítico y una indígena azul (el yanqui se queda prendado del modo de vida indígena, se cambia de bando y bla bla bla).
Me pareció un alegato anti-imperialista bastante facilón y obvio….pero al acabar la película, escarmentado por la reprimenda de aquel compañero sobre “300”, le dije al colega que estaba sentado al lado mío en el cine: “Oye, los indígenas azules de tres metros representaban al pueblo norteamericano que con valor y decisión se enfrenta a esa poderosa amenaza para la libertad que son los iraníes y Al-Qaeda, representados en la película por el ejército yanqui, que buscan acabar con su tradicional way of life, ¿no?”.
Mi colega por poco me cruje a galletas: “¿Yes bobo? Los yanquis de la película son los yanquis de la realidad, y los indígenas azules son los pueblos que sufren la agresión imperialista por el control de los recursos naturales escasos”.
“Joer, no doy una”, asumí.